Conocemos como residuos orgánicos todos aquellos compuestos de la actividad industrial, comercial o doméstica que ya no son de utilidad para las personas, pero que aún en estado de descomposición o usados, son biodegradables y reutilizables.

Los usos más frecuentes que se les otorga a todos los compuestos orgánicos que son apartados, van destinados por lo general, al abono de las plantas o a la alimentación del ganado.  En muchos países se implementa el uso de bolsas, basureros o espacios asignados que clasifican a este tipo de desechos, y donde se pueden depositar con el fin de obtener otros beneficios de ese material.

Ejemplos de residuos orgánicos

Son muchos los residuos orgánicos que solemos manipular día a día, sin embargo, los más frecuentes y los más conocidos son los siguientes:

  • Cáscaras de huevo.
  • Orina / excremento de animales domésticos.
  • Pieles y restos de frutas o verduras.
  • Comida en descomposición.
  • Hojas de plantas.
  • Hojarasca.
  • Césped / Hierbas malas.
  • Servilletas o papel de cocina utilizados.
  • Residuos de pescados o mariscos.
  • Materiales elaborados con corcho.