Las figuras retóricas también son llamadas figuras literarias. Se llaman de esta forma porque se refieren a formas diferentes de emplear las palabras para nutrirlas con una mayor expresividad, emoción, belleza, vivacidad, e incluso llegar a persuadir.

El uso de estas figuras es muy frecuente encontrarnos en nuestro vocablo del día a día, incluso sin darnos cuenta. Son diversas las figuras retóricas o literarias y son muy típicas de encontrar en los discursos literarios, como las novelas, los poemas, etc.

 

Ejemplos de figuras retóricas

 

Existe un montón de figuras literarias. A continuación, pasamos a describirlas y a ejemplificar cada una de ellas:

  1. Metáfora: Es una de las figuras retóricas más utilizadas en los discursos literarios. Y, desde pequeños, una de las principales figuras retóricas que nos enseñan en la escuela. La metáfora consiste en crear una semejanza entre un término real y algo que puede ser imaginario o diferente, es decir, expresar una palabra y ejemplificar su significado real con otra.

Por ejemplo: En el momento que Samira sonreía, yo podía ver sus dientes blancos como una perla; las ondas de tu cabello fluyen tanto como las olas del mar.

  1. Símil o Comparación: es parecida a la metáfora, en cuanto a que consiste en generar semejanzas entre una cosa y otra. La principal diferencia entre estas dos figuras retóricas, es que el símil utiliza elementos relacionales (como, tal, cual).

Por ejemplo: Tus manos son tan frías como un cubo de hielo; sus ojos son tan grandes como los de un sapo.

  1. Metonimia: Es frecuente (o comúnmente) utilizada en nuestro lenguaje coloquial. La metonimia consiste en el cambio de nombre a una cosa, el cual es sustituido por otro con el que comparte una contigüidad

Por ejemplo: para referirse a un cuadro original no utilizamos “tenía un cuadro de Picasso” sino, “tenía un Picasso”. “La razón de mi vida eres tú”, cuando queremos referirnos a una persona que es realmente importante.

  1. Sinonimia: relacionado a su nombre, la sinonimia consiste en la acumulación del uso de sinónimos, a fin de lograr un énfasis mayor en una oración o descripción determinada.

Por ejemplo: Carolina siempre fue inteligente, hábil y audaz; el banco de la tierra ofrece un servicio cómodo, de calidad y eficiente.

  1. Hipérbole: Busca generar una mayor expresividad en lo que se dice, por lo que, consiste en exagerar cierto aspecto de la realidad.

Por ejemplo: Eres tan grande como un rascacielos (para referirse a una persona de alta estatura); te quiero hasta el infinito y más allá.

  1. Sinécdoque: es muy parecida a la metonimia, en cuando a que su función principal consiste en alterar el significado de ciertas palabras o para expresar una parte de ellas en vez del todo, o al revés.

Por ejemplo: Las velas (unos barcos) se veían desde muy lejos y anunciaban la pronta llegada de la tripulación; las malas lenguas (los murmullos de la gente, o los rumores) decían que este candidato resultaría un fraude.

  1. Prosopopeya: Es también conocida como humanización y consiste en atribuir cualidades de un ser racional a otro ser que es animado o inanimado.

Por ejemplo: Alvin y las ardillas; las aventuras de Rabbit (películas animadas de animales que hablan y realizan acciones como las de los seres humanos).

  1. Paradoja: se refiere, específicamente a una expresión contradictoria en la que se presentan dos conceptos opuestos pero que aun así tienen concordancia y sentido. En otras palabras, son expresiones, frases o conceptos que enfatizan en dar un nuevo sentido a algo a través del uso de una contradicción.

Por ejemplo: Aquél que te quiere, definitivamente te hará llorar. Aquellos que quieran paz, entonces que se preparen para la guerra.

  1. Ironía: es muy cotidiano utilizar ironías cuando hablamos en nuestra cotidianidad. Esta figura retórica nos permite utilizar tonos falsos o en forma de burla para referirnos a lo contrario de algo que realmente deseamos.

Por ejemplo: Podríamos pasar una hora esperando por ti y seguramente no llegaremos tarde. El olor putrefacto que emite la fábrica de huesos es realmente delicioso.

  1. Onomatopeya: también es una figura retórica que conocemos desde pequeños. Se refiere a la sustitución del sonido de algo por la palabra escrita.

Por ejemplo: La puerta sonó ¡Plum!. Chisqueé los dedos y ¡Sas!. El sonido del mouse hace clic.

  1. Anáfora: es una figura retórica que consiste en repetir determinados sonidos o palabras siempre que inicia una frase.

Por ejemplo: Temprano te fuiste rondando por la casa. Ni a tu papá ni a tu mamá.

  1. Hiperbatón: se refiere a una figura retórica normalmente utilizada en el discurso literario de la poesía para alterar el orden de las palabras de una oración y así poder cumplir con la rima que esta requiere.

Por ejemplo: Volverán las oscuras golondrinas. en tu balcón sus nidos a colgar. Gustavo Adolfo Bécquer.

  1. Epíteto: se refiere a un adjetivo calificativo que se utiliza para dar cualidades a un sustantivo que le precede.

Por ejemplo: eterna espera; plena alegría, ruda travesía.

  1. Sinestesia: en este caso, consiste en atribuir sensaciones (olfato, audición, visión…) a un objeto al que no le es convencional.

Por ejemplo: “suavizó la noche de dulzura de plata”, extraído del poema ‘Nocturno’ de Rubén Darío.

  1. Perífrasis: es, comunicar una frase utilizando rodeos innecesarios.

Por ejemplo: “rey de los animales” (para decir león). No pocos (en vez de decir muchos).

  1. Pleonasmo: es una figura literaria que se vale de la utilización de palabras redundantes, normalmente para hacer énfasis en su significado.

Por ejemplo: Vi tu mirada con mis propios ojos. Ven aquí.

  1. Etopeya: es una figura literaria empleada para describir el carácter o la personalidad de una persona.

Por ejemplo: María es una cantante muy elegante y talentosa, que sueña con ser famosa.