¿Qué es la decepción?

La decepción es un sentimiento que se genera debido a la idealización y la expectativa. Este sentimiento llega como una sorpresa; el individuo espera ciertos resultados o actitudes de parte de una situación o persona y al no conseguir llenar o cumplir sus expectativas, aparece la decepción. Usualmente se encuentra acompañada por otros sentimientos como la pena, la tristeza, la impotencia y la frustración.

La persona que experimenta decepción suele sentir que la han engañado y que han jugado con su confianza. Le afecta algo que viene del exterior, algo que no pudo controlar o no salió como esperaba. Sin embargo, esto es consecuencia de proyectar la vida y las personas según el pensamiento que se tiene, evadiendo de algún modo la realidad sin ver las cosas tal como son.

Para evitar quedar con esa sensación de vacío que trae consigo la decepción, es importante tener un buen control y manejo de emociones. Además, es esencial ser inteligentes para procurar no caer en la idealización de una persona o situación. Si un individuo se aferra a los sentimientos que trae consigo la decepción, podría llegar a deprimirse.

Tipos de decepción

  • Amorosa: Puede darse por un engaño o ruptura en la relación. Lo más probable es que uno de los dos individuos proyectara su vida junto al otro. Al no lograrse esta idea, surge la decepción, desencadenando un bajón emocional que repercute en su autoestima.
  • Familiar: Posiblemente esta sea la decepción más dolorosa, pues la familia es lo más cercano que se tiene. Puede ocurrir cuando un miembro de la familia tiene actitudes contrarias a las que se esperan. En el caso de los padres, es muy común que se creen expectativas respecto a los hijos, sobre sus calificaciones, carrera, pareja y vida en general. Es importante que dentro de una familia exista comprensión respecto a los deseos, proyecciones y personalidad de los demás miembros, sólo así se evitarán las decepciones.
  • Laboral o escolar: Afecta a trabajadores y estudiantes que idealizan su empresa o escuela. La decepción aparece cuando las aspiraciones, los deseos y proyecciones del individuo en el ambiente no son alcanzadas. En el caso del trabajador, puede ser respecto a un ascenso que no sucedió; por su parte, un estudiante puede decepcionarse al no encontrarse en un ambiente tan amigable como esperaba.
  • En el marketing: Ocurre cuando un producto o servicio es presentado a los clientes con inigualables beneficios y ventajas. En este caso, la publicidad es la encargada de proyectar lo que ofrece de una manera alejada de la realidad. La expectativa del cliente o consumidor es alta al momento de adquirir el producto o servicio, la decepción llega cuando dicho producto o servicio resulta ser más común de lo que se decía.

Cómo manejar la decepción

  • El primer paso es evitar crear expectativas fuera de la realidad.
  • Aceptar que las personas y situaciones no serán como se desea según los intereses o ideales propios.
  • Las emociones que salgan a flote ante la decepción se deben tratar con inteligencia, reflexionando en ellas y regulándolas.
  • Expresar lo sentimientos que se tienen, esto, con las personas involucradas o con alguien en quien se confíe. Esta acción llega a ser terapéutica y trae alivio.
  • Buscar las lecciones que quedan ante la decepción. No significa que se deje de confiar en las personas, lo adecuado es dejar de esperar algo que vaya más allá de lo que es o puede ser.
  • No enfrascarse en la situación o persona que generó el sentimiento de decepción. Por el contrario, se deben buscar opciones para superarlo y avanzar.

Ejemplos de situaciones que pueden ser decepcionantes

  • Entre amigos, cuando uno miente al otro y se beneficia de ello sacando provecho.
  • Después de mucho trabajar, no conseguir un ascenso porque se escogió a otro para el puesto.
  • Cuando un padre engaña a su esposa y pierde la idealización de súper héroe que tenía ante sus hijos.
  • En la escuela cuando una materia o profesor no es lo que se esperaba o quería.
  • Cuando un hijo engaña a sus padres y toma dinero sin su consentimiento.
  • Después de comprar algo por internet que aseguraba solucionar un problema y al tenerlo en las manos resulta no ser cierto.