La disertación filosófica es una opinión propia expuesta ante un público y de manera objetiva. Se trata de resumir un tema muy amplio en menos palabras, basadas en hechos sustentables. No es lo mismo que solo expresar lo que nos parece acerca de algún tema por mera suposición o presunción, o decir lo que opinó otra persona.

De hecho, una de las características principales de la disertación es que, para serlo, debe reflejar la opinión más objetiva de una persona, no palabras ajenas, aunque sí se pueden citar a autores que han hablado o investigado acerca del asunto en cuestión.

Otras características de la disertación

  • Es argumentativa. Se deben explicar las razones que llevaron a concluir determinadas ideas.
  • No contradice ideas. Si se crea confusión exponiendo ideas que se contradicen entre sí, entonces no es una disertación.
  • Responde interrogantes más comunes de las personas. Lo ideal es que una disertación filosófica pueda sacar de dudas acerca de un tema o acontecimiento a cualquier persona interesada.

¿Cómo crear una disertación filosófica?

Para crear una disertación filosófica se debe dar respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué significa o de qué se trata? (Exponer la base del problema)
  • ¿Qué opino sobre el problema? (Exponer la opinión)
  • ¿De dónde me apoyé para construir mi opinión? (fundamentación)
  • ¿Por qué opino esto? (argumentación)
  • ¿Elementos a favor y en contra de mis ideas? (pros y contras)

Ejemplo de disertación

Disertación de Silvia García Sánchez (1º Bachillerato CC.SS):

Antes de comenzar a desarrollar el tema, lo primero que hay que saber es ¿qué significa “identidad”? Si buscamos en un diccionario nos aparecen varias acepciones, pero hay una en concreto que nos viene “como anillo al dedo” y dice así: “Hecho de ser una persona o cosa”. Una vez averiguado el significado de identidad, prosigamos.

Lo cierto es que cuando pienso en identidad la primera pregunta que me hago es ¿Quién soy? Pero luego me asaltan infinidad de ellas, como por ejemplo ¿hay otra persona igual que yo? ¿Si no hubiese tomado mis propias decisiones seguiría siendo yo? ¿Y si perdiera la memoria, podría volver a ser como era antes?

Si quiero responder a la pregunta ¿Quién soy? Podría describirme físicamente, pero resulta que eso no es suficiente ya que yo no soy solamente un cuerpo si no que me acompañan ciertas características que no se ven desde fuera como por ejemplo que soy testaruda o que mi pasatiempo preferido es leer novelas.

Después de esta reflexión, me doy cuenta de que la definición “hecho de ser una persona o cosa” se nos queda corto, creo que una definición más correcta y concisa de identidad sería: hecho de ser una persona que tiene virtudes, defectos y características que lo difieren del resto.

Lo cierto es que cada persona es distinta y todo el mundo posee una identidad que es irrepetible e inigualable, pueden parecerse más o menos, pero eso depende de si somos capaces de ser nosotros mismos o dejarnos llevar por quienes nos rodean y claro, aquí se me plantea otra pregunta, ¿somos nosotros mismos o somos lo que la sociedad ha hecho de nosotros? Si pensamos un poco, nos damos cuenta que lo único que hace la sociedad es corroernos con sus roles y nosotros, para no ser menos que el resto, los seguimos al pie de la letra, entonces podemos llegar a la conclusión de que la sociedad también forma parte de nuestra identidad y que sin ella no seríamos las misma persona ni probablemente pensaríamos lo que pensamos actualmente.

Después de abordar el tema de la sociedad me viene a la mente otra pregunta, ¿Qué hubiese pasado, si en vez de nacer en España hubiese nacido en Angola o en un país de religión musulmana? Podemos llegar a darnos cuenta de que las costumbres y el nivel de vida es completamente distinto y podemos llegar a pensar que además de los roles que impone la sociedad, también influyen otros factores en nuestra identidad como por ejemplo la religión, las costumbres o la forma de vida que podríamos llevar en cada uno de estos lugares. Pienso que podemos aventurarnos y decir que mi identidad, no solo la elijo yo, sino que la sociedad, la religión y la cultura influyen demasiado en ella.

Claro, después de todas estas reflexiones, si resulta que casi toda mi identidad la forman mi religión, mi cultura y la sociedad que me rodea, ¿Qué es lo que hace que yo sea yo? Me gustaría pensar que lo que hace que yo sea yo son mis recuerdos, las decisiones que he tomado yo sola sin ayuda de nadie, también forman parte de mi identidad los errores que he cometido y que me han enseñado que la vida no es fácil pero se puede llevar bien si le pones ganas y paciencia y por supuesto una parte de nuestra identidad pertenece a nuestra familia, que es la que desde el primer minuto de nuestra vida hasta el último nos guía e intenta hacer que seamos únicos y que no nos dejemos llevar por la sociedad que nos rodea.