Ejemplos de anuros o anura

Dentro de la clasificación de los anfibios es posible diferenciar tres tipos de animales: los anuros, los caudados y los ápodos. Los anuros reciben vulgarmente el nombre de ranas y sapos.

En griego, la palabra “anuro” quiere decir “sin cola”. Es justamente esta la definición de esta subclase de anfibios; que no poseen cola.

Características de los anuros

Los sapos y las ranas presentan diferencias notables entre sí, pero comparten otras similares que los incluyen dentro de este subtipo de anfibios:

Cuerpo y patas: Tiene cuerpo corto pero ancho, mientras que las patas traseras suelen desarrollarse más que las delanteras. A su vez estas son más anchas y musculosas que las de adelante, que generalmente son delgadas y más pequeñas. En las patas traseras tienen cinco dedos mientras que en las patas delanteras tienen cuatro.
Tienen una membrana interdigital. Esta membrana es aquella que se encuentra uniendo los dedos de las patas.

Cantidad de especies: Existen alrededor de 5400 especies de anuros en todo el mundo. Sin embargo, hay muchas que se hallan en peligro de extinción.
Cabeza: Tienen cabeza ancha, ojos saltones y grandes
Lengua: Su lengua tiene una capacidad protráctil, esto es que se desliza hacia afuera en busca de alimento.
Tamaño: El tamaño de estos anfibios puede variar desde pocos centímetros hasta algunos que llegan a superar los 30 centímetros como es el caso de la rana Goliat.

Diferencias entre ranas y sapos

Muchos creen que las ranas son el género femenino y los sapos el masculino de una misma especie. Sin embargo, se trata de dos especies distintas que, aunque semejantes, son diferentes. Algunas de estas diferencias se describen a continuación:

Los sapos tienen la piel rugosa y seca, mientras que en las ranas ésta es más lisa, brillosa y húmeda.
Las extremidades traseras de las ranas son un poco más largas y esbeltas lo que les permite brincar, a diferencia de las patas traseras de los sapos que son un poco más cortas y no tan atléticas.
Las ranas prefieren los medios acuáticos y los sapos escogen lugares terrestres y más secos.