El romance es una composición poética con una cantidad variada de versos pero que en su mayoría poseen 8 silabas, es decir sus versos son octosílabos y sus estrofas tendrán distintos versos cada uno. 

Ejemplo de romance

  1. Romance de la mano muerta – Gustavo Adolfo Becquer

La niña tiene un amante

que escudero se decía;

el escudero le anuncia

que a la guerra se partía.

-Te vas y acaso no tornes.

-Tornaré por vida mía.

Mientras el amante jura,

diz que el viento repetía:

¡Malhaya quien en promesas

de hombre fía!

 

El conde con la mesnada

de su castillo salía:

ella, que lo ha conocido,

con gran aflicción gemía:

-¡Ay de mí, que se va el conde

y se lleva la honra mía!

Mientras la cuitada llora,

diz que el viento repetía:

¡Malhaya quien en promesas

de hombre fía!

 

Su hermano, que estaba allí,

éstas palabras oía:

-Nos has deshonrado, dice.

-Me juró que tornaría.

-No te encontrará si torna,

donde encontrarte solía.

Mientras la infelice muere,

diz que el viento repetía:

¡Malhaya quien en promesas

de hombre fía!

 

Muerta la llevan al soto,

la han enterrado en la umbría;

por más tierra que la echaban,

la mano no se cubría;

la mano donde un anillo

que le dio el conde tenía.

De noche sobre la tumba

diz que el viento repetía:

¡Malhaya quien en promesas

de hombre fía!

  1. Romance de la luna, luna – Federico García Lorca

La luna vino a la fragua

Con su polisón de nardos.

El niño la mira, mira.

El niño la está mirando.

 

En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

y enseña, lúbrica y pura,

sus senos de duro estaño.

 

Huye luna, luna, luna.

Si vinieran los gitanos,

habrían con tu corazón

collares y anillos blancos.

 

Niño, déjame que baile.

Cuando vengan los gitanos,

te encontrarán sobre el yunque

con los ojillos cerrados.

 

Huye luna, luna, luna,

que ya siento sus caballos.

-Niño, déjame, no pises

mi blancor almidonado.

 

El jinete se acercaba

tocando el tambor del llano.

Dentro de la fragua el niño

tiene los ojos cerrados.

 

Por el olivar venían,

bronce y sueño, los gitanos.

Las cabezas levantadas

y los ojos entornados.

 

Cómo canta la zumaya,

¡ay, como canta en el árbol!

por el cielo va la luna

con un niño de la mano.

 

Dentro de la fragua lloran,

dando gritos, los gitanos.

El aire la vela, vela.

El aire la está velando.

  1. Romance del prisionero – Anónimo

Que por mayo era por mayo,

cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor;

sino yo, triste, cuitado,

que vivo en esta prisión;

que ni sé cuándo es de día

ni cuando las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba al albor.

Matómela un ballestero;

dele Dios mal galardón.

  1. Romance del Duero – Gerardo Diego.

Río Duero, río Duero,

nadie a acompañarte baja,

nadie se detiene a oír

tu eterna estrofa de agua.

 

Indiferente o cobarde

la ciudad vuelve la espalda.

No quiere ver en tu espejo

su muralla desdentada.

 

Tú, viejo Duero, sonríes

entre tus barbas de plata,

moliendo con tus romances

las cosechas mal logradas.

 

Y entre los santos de piedra

y los álamos de magia

pasas llevando en tus ondas

palabras de amor, palabras.

 

Quién pudiera como tú,

a la vez quieto y en marcha,

cantar siempre el mismo verso

pero con distinta agua.

 

Río Duero, río Duero,

nadie a estar contigo baja,

ya nadie quiere atender

tu eterna estrofa olvidada,

 

sino los enamorados

que preguntan por sus almas

y siembran en tus espumas

palabras de amor, palabras.

  1. Romance del Conde Arnaldos

Verde que te quiero verde

verde viento. Verdes ramas.

El barco sobre la mar

y el caballo en la montaña.

Con la sombra en la cintura

ella sueña en su baranda,

verde carne, pelo verde,

con ojos de fría plata.

Verde que te quiero verde

bajo la plata gitana,

las cosas la están mirando

y ellas no puede mirarlas.