La reiteración o anáfora es un recurso literario en el cual el autor crea un escrito repitiendo algo que ya había mencionado anteriormente. La repetición de estas palabras o frases se pueden sostener de varias formas, un ejemplo de ello es cuando se busca hacer énfasis a una emoción que puede causar gratificación al autor.

No siempre se repite totalmente igual, ya que puede variar tanto en palabras usadas como el tono, siempre dentro de un mismo escrito.

En literatura, la reiteración como se pueden usar sinónimos o palabras genéricas, pero el objetivo es dejar en claro un mensaje, e incluso darle más fuerza, quedando la idea totalmente clara al lector. Generalmente se usa este recurso cuando no hay otra forma de enviar el mensaje de la manera deseada por el autor.

15 Ejemplos de Reiteración

  1. ¡Oh noche que guiaste!
    ¡oh noche amable más que el alborada!
    ¡oh noche que juntaste! (San Juan De La Cruz).
  2. Temprano levantó la muerte el vuelo
    temprano madrugó la madrugada
    temprano estás rondando por el suelo
    No perdono a la muerte enamorada
    no perdono a la vida desatenta
    no perdono a la tierra ni a la nada (Miguel Hernández, Elegía)
  3. Salid fuera sin duelo, salid sin duelo, lágrimas corriendo” (Garcilaso de La Vega, Égloga I)
  4. Mientras las ondas de la luz al beso
    palpitaban encendidas;
    mientras el sol las desgarradas nubes
    del fuego y oro vista;
    mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías;
    mientras haya en el mundo primavera
    ¡Habrá poesía! (Gustavo Adolfo Bécquer, Rima IV)
  5. En la playa hay una torre, en la torre una ventana y en la ventana un niño.
  6. El dulce, el dulce mirar de sus ojos y no hay nada más dulce que sus labios rojos.
  7. Quien lo soñara, quien lo imaginara y quien lo realizara.
  8. La niña no canta, la niña no ríe y la niña no llora.
  9. Por mi honra, por la honra de mi familia y por la honra de mi país.
  10. Temprano levanto la niña el vuelo, temprano madrugo la mama y temprano se van a la cama.
  11. Mientras las olas del mar acaricien tu pelo, mientras el sol ilumine tu cara, mientras el aire te bese mi amor por ti crece.
  12. Pena con pena y pena desayuno
    pena es mi paz y pena mi batalla.
  13. Dale al aspa, molino
    hasta nevar el trigo
    dale a la piedra, agua
    hasta ponerla mansa
    dale al molino, aire
    hasta lo inacabable
    dale al aire, cabrero
    hasta que silbe tierno
    (Miguel Hernández).
  14. «Ella, con su pelo color de oro y sus ojos color de miel, ella, con su andar, cadencioso, ella, con su piel de nácar y sus labios de un rojo carmesí, ella con su belleza me devolvió las ganas de amar y de vivir».
  15. «Mira que el humo que se ve debe de ser el campamento de ellos. Mira, la columna de humo es clara. Mira antes de que el sol baje más y ya no sea posible ver. ¡Mira la posición exacta de esa columna de humo y llévame hacia allá de inmediato Miguel!».
  16. Duroduroduro, el camino agreste.
  17. Vanavanavana, e inútil la esperanza.