En la poesía, los versos deben tener una medida y ritmo. La medida es el número de sílabas que contiene cada línea, tomando en cuenta las sinalefas, sinéresis y si la sílaba tónica de la última palabra es esdrújula o aguda. En los cuartetos por ejemplo los versos son octosílabos, pero en el caso de los pareados el número de sílabas puede variar.

¿Qué es un pareado?

Un pareado es un verso que está formado por dos líneas de rima asonante o consonante, en los que además el número de sílabas puede ser diferentes en comparación con varios pareados, es decir, lo mismo hay pareados con 11 sílabas que con 14. Los pareados son la base de poemas largos o la forma de presentar refranes.

Tipos de pareados

  • De arte mayor: es un pareado culto (AA) , de rima consonante y con versos de 9, 11 o 14 sílabas.
  • De arte menor: aleluya (aa), de rima consonante y con versos de 8 sílabas.

Ejemplos de Pareados

  • Francisco de Quevedo

Los ojos tengo en llanto noche y día,

y en fuego el corazón y el alma mía.

  • Tomás de Iriarte

Aunque la mona se vista de seda

mona se queda.

  • Antonio Machado

La primavera ha venido

Nadie sabe cómo ha sido.

  • Refrán popular

A caballo regalado

no se le mira el colmillo.

  • Rubén Darío

Cuenta Barbey, en versos que valen bien su prosa,

una hazaña del Cid, fresca como una rosa,

pura como una perla. No se oyen en la hazaña

resonar en el viento las trompetas de España,

ni el azorado moro las tiendas abandona

al ver al sol el alma de acero de Tizona.

  • Gustavo Adolfo Bécquer

Cuando entre la sombra oscura

perdida una voz murmura

turbando su triste calma,

si en el fondo de mi alma.

  • Miguel de Unamuno

No da al pueblo aquél sólido alimento

que en la lucha le sirva de sustento.

  • Jorge Guillén

Huele a mundo verdadero

la flor azul del romero.

  • Refrán popular

Gallo que no canta,

algo tiene en la garganta.

  • Julián del Casal

Ver otro cielo, otro monte,

otra playa, otro horizonte.

  • Alfonsina Storni

Bravo león, mi corazón,

tiene apetitos, no razón.

  • Ramón de Pisón y Vargas

Cierto alano quedó muy persuadido

de ser un cazador el más cumplido, […] Llegó a tal su locura

que se fue hasta el Parnaso en derechura, […] ni perdonó agujero

que no escarbase fiero […] ¡Haced un escarmiento en este alano!

Llamó el Dios al alano […].