A veces queremos dejar por sentado nuestra opinión sin decirlo directamente, es decir haciendo que quien nos escucha analice un poco la situación y de con la respuesta que esperamos. Un recurso ideal para hacer esto es la pregunta retórica.

¿Qué es una pregunta retórica?

Cuando hacemos una pregunta retórica no esperamos obtener ninguna respuesta, sino manifestar algún tipo de teoría u opinión que tiene un carácter reflexivo en quien la escucha. Por ejemplo, lo que dice un jefe a un empleado: “¿Acaso yo tengo que hacer el informe que te pedí hace tres días?”.

Las preguntas retóricas también tienen la función de enfatizar una idea y también la de complementar figuras poéticas del tipo figuras del pensamiento. Algunas preguntas son retóricas porque simplemente no tienen respuestas o son muy complejas.

Ejemplos de preguntas retóricas

  • “¿Por qué este inquieto y abrasador deseo?” José de Espronceda
  • ¿Cuántas veces tengo que decirte que hagas la tarea?
  • ¿Cuándo acabará esta pesadilla?
  • ¿Hasta cuándo, Dios?
  • “¿Serás, amor un largo adiós que no se acaba?” Pedro Salinas
  • ¿Por qué el mar es tan grande?
  • ¿Por qué la vida es así?
  • ¿Cuántas veces tengo que decirte que te vayas?
  • Pies, ¿para qué los quiero?
  • ¿Tengo monos en la cara?
  • ¿Cuándo se habrá visto una cosa igual?
  • ¿Quieres que piensen que somos tontos?
  • ¿Quién sino él puede haberlo hecho?
  • ¿Ya estás despierto?
  • ¿Estás loco?
  • ¿Por qué todo me ocurren a mí?
  • ¿Qué mujer no soñaría con tener un novio como él?
  • ¿Pueden hacer un poco de silencio?
  • ¿Ya sabes por qué no quiero ir?