En el periodismo existen varios géneros que sirven para informar de manera efectiva a las personas. Los géneros son tres: informativo, interpretativo y de opinión. Cada uno de ellos cumple objetivos específicos, además de ser una forma veraz de transmitir los detalles acerca de un hecho. La crónica es parte de los géneros del periodismo.

¿Qué es la crónica?

La crónica hace parte del género interpretativo del periodismo. Consiste en una narrativa que expone hechos desde el punto de vista cronológico e incluye información y opinión.

Las características de una crónica son:

  • Los hechos se narran conforme ocurrieron, es decir, guardan un orden según el tiempo.
  • Las personas que son entrevistadas o emiten opiniones, deben ser testigos presenciales o estar involucrados de alguna manera con los hechos.
  • Es también un recurso literario, por tanto, se emplean diversos recursos que le den fuerza a la narrativa, como adjetivos.
  • Se dirigen directamente al lector, para producir interés y que las personas sientan que se ha establecido un “diálogo” con ellas.

Ejemplos de crónicas

  • Ejemplo 1: Extracto de crónica “Asalto al Palacio”, Gabriel García Márquez

“El plan parecía una locura demasiado simple. Se trataba de tomar el Palacio Nacional de Managua a pleno día, con solo veinticinco hombres, mantener en rehenes a los miembros de la Cámara de Diputados y obtener como rescate la liberación de todos los presos políticos. El Palacio Nacional, un viejo y desabrido edificio de dos pisos con ínfulas monumentales, ocupa una manzana entera con numerosas ventanas en sus costados y una fachada con columnas de partenón bananero hacia la desolada Plaza de la República. Además del Senado en el primer piso y la Cámara de Diputados en el segundo, allí funcionan el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Gobernación y la Dirección General de Ingresos, de modo que es el más público y populoso de todos los edificios públicos de Managua. Por eso hay siempre un policía con armas largas en cada puerta, dos más en las escaleras del segundo piso, y numerosos pistoleros de ministros y parlamentarios por todas partes. En horas hábiles, entre empleados y público, hay en los sótanos, las oficinas y los corredores no menos de tres mil personas. Sin embargo, la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no consideró que el asalto de aquel mercado burocrático fuera una locura demasiado simple, sino todo lo contrario: un disparate magistral”.

  • Ejemplo 2: Extracto de crónica “El sí de los niños”, Martín Caparrós

“—¿Así que todavía no conoces a Yohan? Ah, pero es maravilloso. Maravilloso. Tal vez, si me da un ataque de bondad, mañana te lo paso y vas a ver.

Bert tiene cuarenta y nueve años, y sus dos hijos ya están en la universidad. Su señora se ocupa de la casa donde viven, cerca de Düsseldorf, y parece que desde que los chicos se fueron ella se aburre un poco, aunque Bert dice que él siempre le dio lo mejor y que no tiene de qué quejarse, y debe ser cierto. Bert usa esos anteojos de marco finísimo y unos labios muy finos y una sonrisa fina de óptico germano al que uno le entregaría los ojos sin temores. Bert tiene el pelo corto, muy prolijo, y una vida intachable. Sólo que, en cuanto puede, una o dos veces por año, cuando la empresa óptica donde trabaja lo manda a la India, Bert viene a darse una vuelta por Sri Lanka, el centro mundial de la prostitución de chicos. El resto de sus días es un ciudadano modelo, y vive del recuerdo:

—Pero si supiera que no puedo volver aquí, me desesperaría.

Dice Bert, ahora que estamos en tren de confesiones. No sé por qué, hace un rato, se decidió a hablarme de esto. Seguramente porque ayer nos cruzamos, mientras yo entraba y él salía de la casita donde Bobby, el cafisho, tiene sus cuatro chicos. En estos días ya habíamos charlado un par de veces, en el bar de la playa, pero nunca de esto, por supuesto. Quizá le guste suponer que soy su cómplice. Debía de necesitar alguna compañía”.