Un despido objetivo consiste en prescindir de los servicios de uno o más empleados debido a una razón en particular, que es ajena a la voluntad de la empresa o empleador, pero que, por el bienestar de la firma, se debe llevar a cabo.

Existen, esencialmente, dos tipos de causas para ejecutar un despido objetivo: causa disciplinaria y causa objetiva.

La primera causa tiene que ver con los empleados y corresponde a faltas graves que finalmente pongan en riesgo el buen funcionamiento de la empresa. También se interpreta como causa la falta de capacidad de un empleado para completar correctamente sus tareas, debido a motivos físicos o intelectuales. Como en toda organización, existen puestos de trabajo que puede realizar una persona en lugar de dos. La empresa debe reordenar su estructura para sobrellevar la ausencia de algunos empleados.

La segunda causa, tiene que ver directamente con la compañía y se refiere a déficit en la parte organizativa, productiva, económica o técnica, cuya solución llegará luego del despido de uno o más empleados.

Cualquiera que sea el motivo para despedir a un empleado, vinculado a una causa de alguno de estos dos grupos, debe estar justificada, de lo contrario se considera improcedente y puede llevar a apelaciones y muchos trámites legales.

En resumidas cuentas, cuando ocurre un despido objetivo ninguna de las partes tiene culpa, es la única salida. Según la legislación de cada país, el despido objetivo se manejará

6 ejemplos de despido objetivo

  • Despido objetivo debido a causas económicas

Una empresa puede sufrir pérdidas económicas que dificulta mantener la nómina completa de empleados. Si la compañía no puede cubrir los gastos de uno o más empleados, o si el tener que hacerlo pone en riesgo la funcionalidad general de la empresa, según sus propios estatutos y las diferentes leyes regentes en cada país, la organización estará en todo su derecho de despedir a uno o más empleados.

  • Por faltas injustificadas o justificadas, pero reiteradas

Aunque un empleado logre justificar sus ausencias, si son recurrentes, y por tanto, condicionan el trabajo de los compañeros o entorpece las actividades de la compañía, los empleadores tienen la total libertad de dispensar de sus servicios dentro de la empresa.

  • Por ineptitud de los empleados

Esto se refiere a aquellas faltas que denotan irresponsabilidad, falta de compromiso o dificultades para realizar un trabajo. Cuando los fallos tienen que ver con problemas físicos, pero que han sido aceptados al momento de concretar una relación laboral, no podrán ser motivo de despido. Al contrario, los problemas desarrollados luego de la firma del contrato, sí podrían tomarse en cuenta para cancelar dicho documento.

  • Incapacidad para adaptarse a cambios en la estructura de la empresa o a sus tareas diarias

En ocasiones, las empresas deben cambiar su organigrama, estableciendo nuevas competencias a algunos empelados o eliminando algunas de las que ya llevaban a cabo. Muchos empleados no logran adaptarse a esos cambios y terminan teniendo un mal desempeño que afecta la productividad de todos.

  • Por cambios en la producción

Si los costos de la materia prima usada para fabricar los productos suben de forma inesperada, quizás se vean en la necesidad de eliminar puestos de trabajo para poder cubrir la misma demanda de productos.

  • Por cambios en la maquinaria o instrumentación usada en las actividades de la empresa

Si las compañías eliminan el uso de alguna máquina o instrumento que solo manejaba un empelado, entonces no quedará de otra que eliminar también ese puesto de trabajo, eso si la persona no puede ser adjudicada en otra área.